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Mitos sobre el hígado graso


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La enfermedad del hígado graso no alcohólico es la enfermedad hepática más común a nivel mundial.


Su creciente prevalencia ha generado una serie de mitos que pueden llevar a decisiones de salud incorrectas.


Es fundamental separar los hechos de la ficción para un manejo adecuado de esta condición.


❌ Mito 1: Solo el alcohol provoca hígado graso (La cheve 🍺)


Por qué es un mito:

Si bien el consumo excesivo de alcohol causa una forma de hígado graso (enfermedad hepática alcohólica), la gran mayoría de los casos que vemos hoy son la enfermedad del hígado graso no alcohólico .


Este padecimiento está directamente relacionado con el Síndrome Metabólico, que incluye obesidad, resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 e hiperlipidemia (colesterol y triglicéridos altos).


La causa principal de la acumulación de grasa en el hígado no es el alcohol, sino el exceso de calorías, especialmente azúcares simples (como la fructosa de bebidas azucaradas), que el hígado transforma en grasa (triglicéridos) y la almacena.


Es decir, puedes tener hígado graso severo sin haber probado una gota de alcohol.


❌ Mito 2: Es obligatorio adelgazar para mejorarlo


Por qué es un mito:

Adelgazar es, sin duda, la herramienta terapéutica más potente y efectiva, pero no es el único camino y no siempre es el objetivo más realista a corto plazo.


La evidencia científica demuestra que una pérdida de peso modesta 5% del peso corporal total es suficiente para reducir significativamente la grasa hepática.


Sin embargo, lo más importante es la calidad de la pérdida de peso y la mejora metabólica.


Incluso hay evidencia que demuestra que con hacer ejercicio, incluso sin perder peso, puede mejorar el hígado graso, siempre que logre:


  1. Reducir los azúcares refinados y grasas inflamatorias.

  2. Aumentar la actividad física, especialmente el ejercicio de resistencia, que mejora directamente la sensibilidad a la insulina del músculo y del hígado.


El foco debe estar en los cambios en el estilo de vida y la composición corporal, no solo en el número de la báscula.


❌ Mito 3: No comer grasa porque provoca hígado graso


Por qué es un mito:

Este es uno de los mitos más persistentes y médicamente incorrectos. El hígado graso no es causado primariamente por la grasa que comes, sino por el exceso de glucosa y fructosa que el hígado debe procesar.


Cuando ingieres demasiados carbohidratos simples y calorías, el hígado convierte ese exceso de energía en triglicéridos (un proceso llamado lipogénesis de novo) y los almacena.


El principal problema son los hidratos de carbono refinados y los azúcares, no la grasa dietética.


Eso si, las grasas tipo trans o grasas saturadas que vengan con azúcares refinados o grasas trans, tampoco debes de consumirlas.


De hecho, reemplazar grasas saturadas por grasas saludables (monoinsaturadas y poliinsaturadas, como el Omega-3 del pescado o el aceite de oliva) puede ser beneficioso para el hígado, ayudando a reducir la inflamación y a mejorar el perfil lipídico.


✅Por cierto, si tienes hígado graso y no sabes como comenzar a controlarlo , te recomiendo que leas mi libro digital 10 factores clave para controlar la resistencia a la insulina y el hígado graso de manera natural que incluye un plan de 100 comidas que no van a descontrolar tus niveles de glucosa , estas comidas ayudan a mejorar el hígado graso pues si controlas la glucosa después de comer, no se acumula grasa en el hígado, y casi siempre van de la mano ambos padecimientos , puedes leerlo aquí 👇.
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❌ Mito 4: Existen jugos para sanar el hígado


Por qué es un mito:

No existe ninguna evidencia científica que respalde que un "jugo detox" o una bebida particular pueda "sanar" o revertir el hígado graso por sí sola. De hecho, algunos jugos pueden ser contraproducentes:


  • Jugos de Frutas: Los jugos hechos solo con frutas contienen altas concentraciones de fructosa sin la fibra de la fruta entera. La fructosa es metabolizada directamente por el hígado y es un potente inductor de la lipogénesis (formación de grasa). Consumir grandes cantidades de jugo puede, paradójicamente, empeorar el hígado graso.


  • Soluciones Integrales: Si bien algunas infusiones (como el cardo mariano o la curcumina) pueden tener efectos antioxidantes auxiliares, la sanación real del hígado solo se logra a través de mejorar tu alimentación, ejercicio regular y eliminación de azúcares, grasas inflamatorias y alcohol, revirtiendo la causa metabólica de la enfermedad.


❌ Mito 5: Se debe checar cuando dan síntomas


Por qué es un mito:

El hígado graso es conocida como una enfermedad silenciosa. La inmensa mayoría de los pacientes, especialmente en las etapas iniciales de esteatosis simple, son completamente asintomáticos ( sin síntomas) .


Cuando la enfermedad comienza a dar síntomas, como fatiga, dolor leve en el cuadrante superior derecho o ictericia, a menudo significa que el hígado ya ha progresado a una etapa más avanzada y peligrosa, como la esteatohepatitis o la fibrosis avanzada/cirrosis.


Por esta razón, la detección del hígado graso es crucial y debe realizarse en pacientes de alto riesgo (personas con obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión o dislipidemia) incluso si se sienten perfectamente sanos.


El diagnóstico temprano se puede hacer mediante una ecografía abdominal.

 
 
 

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