Hígado Graso: Una Enfermedad Silenciosa Que Puede Complicarse
- Dr. Luis Hernández
- 31 mar
- 13 Min. de lectura
Actualizado: 11 ago

El hígado graso, recientemente denominado Esteatosis Hepática Metabólica (MASLD, por sus siglas en inglés), es un padecimiento que se caracteriza por la acumulación excesiva de grasa en las células hepáticas en personas que no presentan un consumo significativo de alcohol.
Se ha convertido en una epidemia silenciosa que afecta a millones de personas en todo el mundo.
Esta condición, caracterizada por la acumulación excesiva de grasa en las células hepáticas sin estar asociada al consumo de alcohol, puede progresar a inflamación (esteatohepatitis no alcohólica o EHNA), fibrosis, cirrosis e incluso cáncer de hígado si no se aborda a tiempo.
Pero la buena noticia es que el HGNA es, en gran medida, reversible y manejable a través de cambios fundamentales en el estilo de vida.
Como profesionales de la salud, sabemos que la clave está en un enfoque integral y basado en la evidencia.
Esta enfermedad está asociada con alteraciones metabólicas y puede evolucionar hacia enfermedades hepáticas más graves si no se maneja adecuadamente.
Entendiendo el Hígado Graso: ¿Por Qué se Acumula Grasa?
Antes de seguir, debes de saber que todos tenemos grasa en el hígado Pero cuando está grasa aumenta más de un 5-10 % ya podemos hablar de hígado graso ( esteatosis hepática ).
El HGNA suele estar estrechamente relacionado con la resistencia a la insulina, la obesidad, la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico. Cuando hay resistencia a la insulina, el cuerpo no puede utilizar eficientemente la glucosa, lo que lleva a un exceso de esta y a una mayor producción de grasa en el hígado (lipogénesis de novo).
Un consumo excesivo de azúcares añadidos (especialmente fructosa) y carbohidratos refinados también es un gran impulsor de la acumulación de grasa hepática.
La acumulación de grasa en el hígado, conocida como hígado graso no alcohólico (HGNA), es un proceso complejo impulsado principalmente por la resistencia a la insulina y un exceso de calorías y azúcares en la dieta.
Cuando las células del cuerpo (especialmente las musculares y adiposas) se vuelven menos sensibles a la insulina, el páncreas produce más insulina para compensar, lo que lleva a niveles elevados de insulina y la glucosa en sangre comienza elevarse .
De hecho aquí te muestro un vídeo donde lo explico con imágenes 👇
Esta situación metabólica favorece que el hígado transforme el exceso de glucosa y fructosa en triglicéridos, que luego se almacenan en sus propias células.
Un factor crítico en este proceso es el consumo excesivo de azúcares añadidos, particularmente el jarabez de maíz alto en fructosa.
A diferencia de la glucosa, la fructosa es metabolizada casi exclusivamente por el hígado y, cuando se consume en grandes cantidades (como en refrescos, jugos procesados y alimentos ultraprocesados), se convierte muy eficientemente en triglicéridos a través de un proceso llamado lipogénesis de novo.
Esta sobrecarga de fructosa y la producción de grasa en el hígado, sumadas a una ingesta calórica general excesiva, son un motor potente para la acumulación de grasa hepática.
⚠️Y ojo , no por comer un pedazo de fruta, vas a tener hígado graso, recuerda que es el exceso.
Las grasas preinflamatorias como las grasas trans y las grasas saturadas que provienen de alimentos procesados también contribuyen al hígado graso.
Esto es porque las grasas inflamatorias lo que provocan es que elevan el estrés oxidativo en las células y empiezan a "enfermarlas".
Y si recordamos la definición de resistencia a la insulina es una disfunción de las células de tu cuerpo para responder bien a la insulina y esta disfunción ocurre por el estrés oxidativo .
Además de la dieta, el estrés crónico y la falta de sueño también contribuyen. El estrés eleva el cortisol, una hormona que incrementa la glucosa y la resistencia a la insulina, mientras que la privación del sueño desregula hormonas y aumenta la resistencia a la insulina.
Ambos factores crean un ambiente metabólico que favorece la acumulación de grasa en el hígado, incluso en personas que no tienen un consumo desmedido de alcohol.
Y aunque hablemos de hígrado graso no alcoholico, es importante mencionar que el alcohol predispone a la acumulación de grasa en el hígado por lo que es importante evitarlo siempre.
Tipos de Hígado Graso
1. Esteatosis Hepática Simple
Es la acumulación de grasa en el hígado sin signos evidentes de inflamación o daño celular significativo. Es considerada la forma más benigna y, en muchos casos, reversible con cambios en el estilo de vida.
2. Esteatohepatitis Metabólica (MASH)
Es una forma más severa en la que, además de la acumulación de grasa, hay inflamación y daño celular en el hígado. Esta condición aumenta el riesgo de desarrollar fibrosis hepática, cirrosis y, eventualmente, insuficiencia hepática o cáncer hepático.
Síntomas
En las primeras etapas, el hígado graso suele ser asintomático, lo que dificulta su detección temprana. Es decir, puedes pasar años, sin darte cuenta que tienes hígado graso.
Sin embargo, cuando la enfermedad avanza, el hígado graso puede empezar a generar fibrosis y finalmente cirrosis ( que puede ser mortal) y esto aún puede llegar a falla hepática o cáncer y pueden presentarse los siguientes síntomas relacionados a cirrosis:
Fatiga crónica
Malestar o dolor en el cuadrante superior derecho del abdomen
Hinchazón abdominal (ascitis, en casos avanzados, ej cirrosis)
Coloración amarillenta en piel y ojos (ictericia, si hay daño hepático avanzado)
Pérdida de apetito y pérdida de peso sin causa aparente
Factores de Riesgo
Los principales factores que aumentan el riesgo de desarrollar MASLD incluyen:
Obesidad y sobrepeso (especialmente la acumulación de grasa abdominal). Un perímetro abdominal mayor a 102 cm en hombres y 90 cm en mujeres te pone en mayor riesgo .
Resistencia a la insulina y diabetes tipo 2
Dislipidemia (niveles elevados de colesterol y triglicéridos)
Hipertensión arterial
Sedentarismo
Dietas ricas en azúcares refinados y grasas inflamatorias como las grasas trans y grasas saturadas que provengan de ultraprocesados
Predisposición genética
Síndrome metabólico ( incluye perímetro abdominal alto, glucosa alta , hipertensión arterial y problemas con dislipidemia (
Complicaciones del Hígado Graso
El hígado graso puede desencadenar otras enfermedades metabólicas y hepáticas, tales como:
1. Resistencia a la Insulina y Diabetes Tipo 2
La acumulación de grasa en el hígado interfiere con la acción de la insulina, lo que favorece la aparición de resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2.
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2. Dislipidemia
El aumento de los niveles de triglicéridos y colesterol en sangre, es una consecuencia del hígado graso e incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
3. Hipertensión Arterial
El hígado graso está fuertemente vinculado con la elevación de la presión arterial.
4. Fibrosis y Cirrosis Hepática
Esto ocurre en casos avanzados, la inflamación crónica provoca la formación de cicatrices en el hígado (fibrosis), que pueden progresar hasta la cirrosis, afectando gravemente la función hepática.
5. Cáncer de Hígado
La cirrosis aumenta el riesgo de carcinoma hepatocelular, la forma más común de cáncer de hígado.
Esto ocurriría ya en las etapas más avanzadas donde claramente no hubo ninguna intención de cuidarse .
Diagnóstico del Hígado Graso
1. Historia clínica y exploración física
Lo más importante es evaluar factores de riesgo y se realiza una exploración para detectar signos de enfermedad hepática avanzada.
2. Pruebas de laboratorio
Enzimas hepáticas (ALT y AST): pueden estar elevadas, pero niveles normales no descartan la enfermedad. Generalmente deben estar debajo de 40.
⚠️No son específicas de hígado graso Pero su elevación te dice que hay un problema en el hígado .
Perfil lipídico: para evaluar colesterol y triglicéridos. Si están elevados, hay que buscar como está el hígado .
Glucosa y hemoglobina glucosilada: para detectar resistencia a la insulina o diabetes. Si hay problemas, hay que buscar problemas en el hígado .
Marcadores de fibrosis hepática: como la relación AST/ALT o el test FIB-4.
3. Estudios de imagen
Ecografía hepática: primera línea de estudio para detectar grasa en el hígado. Es el más económico y de más fácil acceso que detecta tempranamente problemas de hígado graso .
Elastografía hepática (FibroScan): mide la rigidez del hígado para evaluar fibrosis.
Resonancia magnética con espectroscopia (MRS): método preciso para cuantificar la grasa hepática Pero más costoso y de más difícil Acceso , ya que este estudio es de nivel hospitalario .
4. Biopsia Hepática
Es el “estándar de oro” para confirmar la enfermedad y evaluar el grado de inflamación y fibrosis, pero se reserva para casos seleccionados debido a su carácter invasivo.
Es decir, no todas las personas necesitarán una biopsia hepática , solo cierto casos especiales .
Consideraciones Importantes y Tratamiento
Actualmente, no existen medicamentos específicos aprobados para MASLD por lo que no tiene ningún sentido creer en suplementos o remedios mágicos . El tratamiento se basa en:
1. Pérdida de Peso Mediante Buena Alimentación Y Ejercicio : La Intervención Más Poderosa
Aunque muchas personas pueden tener hígado graso sin sobrepeso ( en este caso la alimentación y el ejercicio sigue siendo clave) , la reducción del peso corporal es la intervención más efectiva y con mayor respaldo científico para corregir el hígado graso. Incluso una pérdida de peso modesta puede tener un impacto significativo:
Impacto de la Pérdida de Peso:
Una pérdida del 3-5% del peso corporal puede reducir la grasa hepática.
Una pérdida del 7-10% no solo reduce la grasa, sino que también puede mejorar la inflamación y la fibrosis hepática en casos de EHNA.
Recomendaciones Basadas en la Ciencia (Alimentación y Ejercicio):
Dieta Hipocalórica Moderada y Control de Macronutrientes: El objetivo es crear un déficit calórico.
Reducción Drástica de Azúcares Añadidos y Fructosa: Esto es CRÍTICO. Evita refrescos, jugos procesados, dulces, bollería. La fructosa en exceso se metaboliza casi exclusivamente en el hígado y se convierte muy eficientemente en grasa.
Limitar Carbohidratos Refinados: Disminuye pan blanco, arroz blanco, pasta, harinas procesadas.
Evitar las grasas inflamatorias que son las grasas trans que puedes encontrar en las etiquetas y las gracias saturadas que provengan de alimentos ultraprocesados.
Priorizar Carbohidratos Complejos y Fibra: Aumenta el consumo de vegetales (espinaca, brócoli), frutas enteras, legumbres (lentejas, frijoles) y granos integrales (avena, quinoa). La fibra ralentiza la absorción de glucosa y mejora la saciedad.
Grasas Saludables : Incluye grasas monoinsaturadas (aguacate, aceite de oliva virgen extra) y poliinsaturadas (pescado graso rico en Omega-3 como salmón, sardinas, chía, linaza). Modera las grasas saturadas y elimina las grasas trans.
Proteína Suficiente: Consumir proteína magra (pollo, pescado, legumbres, huevo) ayuda a la saciedad, a mantener la masa muscular durante la pérdida de peso y apoya el metabolismo.
Cena Temprano: Darle tiempo a tu cuerpo para digerir antes de acostarte es crucial para el metabolismo hepático nocturno.
Comer en Orden: Empezar las comidas con vegetales y proteínas antes que los carbohidratos puede ayudar a mitigar los picos de glucosa postprandiales.
Ejercicio Físico Regular:
Mínimo: 150-300 minutos por semana de actividad física moderada.
Combinación: Idealmente, mezcla 70% de fuerza y 30% de cardio. El entrenamiento de fuerza mejora la sensibilidad a la insulina y la masa muscular, lo que beneficia el metabolismo. El cardio ayuda a quemar calorías y grasa.
Pasos Diarios: Apunta a 10,000 pasos al día para mantenerte activo y contrarrestar el sedentarismo.
2. Sueño y Estrés: Los Directores Ocultos de Tu Metabolismo
A menudo subestimados, la calidad del sueño y la gestión del estrés tienen un impacto directo y profundo en la acumulación de grasa en el hígado.
Dormir Bien (7-8 Horas Nocturnas):
Por qué ayuda: La privación crónica del sueño aumenta la resistencia a la insulina y eleva los niveles de cortisol (hormona del estrés), ambos factores que promueven la acumulación de grasa en el hígado. Un sueño reparador optimiza la función hormonal y la sensibilidad a la insulina.
Además durante el sueño en especial en la fase de sueño profundo es cuando ocurre esa "reparación" en tu cuerpo en donde tu hígado se beneficia.
Manejo del Estrés:
Por qué ayuda: El estrés crónico dispara la liberación de cortisol. El cortisol elevado de forma persistente no solo aumenta la glucosa en sangre y la resistencia a la insulina, sino que también promueve la lipogénesis de novo (producción de grasa) en el hígado. Técnicas como la meditación pueden ser muy efectivas.
3. Salud de la Microbiota Intestinal: El Ecosistema Escondido
La salud de tu intestino influye más de lo que crees en tu hígado.
Prebióticos (Fibra 30-40g al día): Son fibras no digeribles que alimentan a las bacterias beneficiosas de tu intestino. Al mejorar la microbiota, se reduce la inflamación y se optimiza el metabolismo de los nutrientes, lo que puede influir positivamente en el hígado.
Probióticos (Yogur, Kéfir): Son microorganismos vivos que, al ser consumidos, añaden bacterias beneficiosas a tu intestino. Un microbiota intestinal equilibrado ayuda a reducir la inflamación y a mejorar la función de la barrera intestinal, lo que puede disminuir la carga de toxinas en el hígado.
4. Agua y Sol: Fundamentales para el Metabolismo General
Aunque menos "directos" que la dieta y el ejercicio, son pilares esenciales para la salud metabólica general.
Agua: Una hidratación adecuada (30-35 ml x Kg de peso + 500 ml por hora de ejercicio) es crucial para el metabolismo. Ayuda al hígado a procesar nutrientes y a eliminar toxinas eficientemente.
Sol: La exposición solar (15 mins diarios antes de las 11 AM) es la principal fuente de Vitamina D, que juega un papel en la sensibilidad a la insulina y puede tener un impacto indirecto en la progresión del HGNA.
5. Suplementos y Bebidas: Un Apoyo Complementario (Menos Importante)
Estos elementos pueden ofrecer un apoyo adicional, pero nunca deben sustituir los cambios en el estilo de vida.
Bebidas: Canela, vinagre de sidra de manzana, aloe vera, espirulina, té verde, manzanilla, cúrcuma. Algunos pueden tener propiedades antiinflamatorias, antioxidantes o mejorar la sensibilidad a la insulina (ej. té verde, canela, cúrcuma).
Suplementos: Berberina, magnesio, inositol, cromo. Estos pueden ayudar a mejorar la sensibilidad a la insulina o el perfil lipídico, pero deben usarse bajo supervisión médica.
Vitamina E y Omega-3: Tienen evidencia más sólida como coadyuvantes, pero siempre con guía profesional.
La vitamina E que se ha demostrado que tiene efectos terapéuticos contra el hígado graso es tóxica para humanos, sin embargo incluir alimentos ricos en vitamina e puede ser una buena opción.
Este blog no es ninguna recomendación de tomar algún suplemento.
Control de Comorbilidades: Un Enfoque Holístico
Es fundamental entender que el hígado graso no suele presentarse solo. Frecuentemente coexiste con:
Obesidad y Sobrepeso: Prácticamente todos los pacientes con HGNA se benefician de la pérdida de peso en caso de que se presente .
Resistencia a la Insulina y Diabetes Tipo 2: El control de la glucosa y la mejora de la sensibilidad a la insulina son objetivos clave.
Dislipidemia: El manejo de triglicéridos altos y colesterol LDL elevado es vital.
Hipertensión Arterial: La presión alta y el hígado graso a menudo van de la mano.
Tratar estas comorbilidades de forma integrada es esencial para la salud hepática y cardiovascular general. Un equipo multidisciplinario (médico, nutricionista, entrenador físico) puede ofrecer el mejor apoyo.
Nutrientes clave para el hígado graso
Colina: Un Nutriente Esencial para el Metabolismo de las Grasas
La colina es como un camioncito especial que ayuda a tu hígado a sacar la grasa de sus células. Si no hay suficiente colina, la grasa se queda atrapada dentro del hígado. Cuando comes suficiente colina, tu hígado puede empaquetar la grasa en unas "bolsitas" (que se llaman VLDL) y enviarlas a donde se necesitan en el cuerpo o para que se quemen. ¡Así evita que se acumule!
¿Dónde la encuentras? La yema de huevo es una fuente excelente. También la encuentras en la carne de res (especialmente el hígado), el pollo, el pescado, los cacahuetes (maní) y algunas verduras como el brócoli y la coliflor.
Betaína: El Protector del Hígado
La betaína es otro nutriente que le da una mano a tu hígado. Piensa en ella como un escudo que protege las células de tu hígado del daño.
También ayuda a limpiar una sustancia que no es buena (llamada homocisteína), transformándola en algo útil.
Al hacer esto, la betaína reduce el estrés y la inflamación en tu hígado, lo que es genial para el hígado graso.
¿Dónde la encuentras? La remolacha (betabel) es una de las mejores fuentes. También la encuentras en espinacas, brócoli y algunos granos como el trigo integral y la quinoa.
Omega-3: El Antiinflamatorio y "Quema-Grasa"
Los omega-3 son grasas "buenas" que tienen superpoderes. Son como bomberos que apagan la inflamación en tu hígado y, al mismo tiempo, son como entrenadores que le dicen a tu hígado que "queme" la grasa en lugar de guardarla.
Ayudan a que el azúcar en la sangre se use mejor, lo que también le quita una carga al hígado.
¿Dónde los encuentras? Los mejores son los pescados grasos como el salmón, la caballa, las sardinas y el atún. También los encuentras en semillas de chía, semillas de lino (linaza) y nueces pero recuerda que no es lo mismo el omega 3 vegetal que el animal que es mucho mejor.
Vitamina E: El Súper Antioxidante
La vitamina E es como un guardián que protege a tus células del daño. Cuando tienes hígado graso, a veces se produce mucho "óxido" (estrés oxidativo) que puede dañar el hígado. La vitamina E entra en acción y neutraliza ese daño, como si limpiara el óxido. Esto ayuda a que tu hígado se mantenga sano y reduce la inflamación.
¿Dónde la encuentras? Abunda en los frutos secos (almendras, avellanas), las semillas de girasol, el aguacate, aceite de oliva y las espinacas.
Fibra: El Regulador y Limpiador
La fibra no es un nutriente que el cuerpo absorba, pero es increíblemente útil. Imagina que es como una escoba que ayuda a limpiar tu intestino, y eso le quita trabajo a tu hígado.
Además, la fibra te ayuda a sentirte lleno por más tiempo, lo que es genial para controlar el peso (y el peso es clave para el hígado graso). También ayuda a que el azúcar se absorba más lento, evitando picos que estresan al hígado.
¿Dónde la encuentras? Muchas frutas (frambuesa, aguacate), verduras (brócoli, zanahorias), legumbres (lentejas, garbanzos, frijoles), cacao , jicam, semillas como la chia.
Vitaminas del Complejo B: Los Ayudantes Todo Terreno
Las vitaminas del complejo B son un equipo de ayudantes que participan en muchas funciones de tu cuerpo, incluido el hígado. Son como los obreros que construyen y reparan.
Algunas de ellas, como la B6, B9 (ácido fólico) y B12, trabajan de la mano con la colina y la betaína para asegurarse de que la grasa se procese correctamente y no se quede acumulada en el hígado.
¿Dónde las encuentras? Están en carnes magras, pescado, huevos, lácteos, cereales integrales, legumbres y vegetales de hojas verdes.
Magnesio: El Mineral Equilibrador
El magnesio es un mineral que ayuda en cientos de procesos en tu cuerpo. Para tu hígado graso, es importante porque mejora cómo tu cuerpo usa el azúcar. Cuando el azúcar se usa bien, el hígado no tiene que trabajar tanto convirtiéndolo en grasa. También tiene un efecto calmante y puede ayudar a reducir la inflamación.
¿Dónde lo encuentras? Lo encuentras en vegetales de hojas verdes oscuras (espinacas, acelgas), frutos secos (almendras, nueces), semillas (calabaza, chía), legumbres y chocolate negro.
Conclusión
La Esteatosis Hepática Metabólica o hígado graso, es una enfermedad silenciosa pero potencialmente grave.
La detección temprana y los cambios en el estilo de vida son fundamentales para prevenir su progresión.
Por cierto si quieres mejorar el hígado graso, te invito a que leas mi libro digital : 10 Factores Clave Para Controlar La Resistencia A La Insulina Y El Hígado Graso Naturalmente .
Este libro te explica paso a paso, Cómo aplicar los cambios al estilo de vida que ayudarán a mejorar la resistencia de insulina y a reducir la grasa en tu hígado .
Además viene con un libro digital que contiene 100 comidas que no descontralarán tu glucosa, eso quiere decir que es comida baja en azúcar y que por consecuencia ayudará para el hígado graso 👇

mi problema es que se que no comer ,pero lo que debo comer no se como comerlo salvo todo sancochado realmente requiero ayuda especifica y con nutriologos he acudido y siempre lo mismo alguien sabe de cocina que pueda explicar mejor
Muchas gracias por la información compartida. Bendiciones
Gracias por compartir sus conocimientos.
Dr. No me llegó el libro de las 100 comidas …le envié correo solicitándolo
Gracias por la información